Ha dado inicio la temida temporada de huracanes para las zonas tropicales, un periodo que, en teoría, se extiende hasta el 30 de noviembre, pero que con el cambio climático ya no se puede ser tan rígido a la hora de definirla.
De hecho, en el primer día de ella se formó el segundo evento tropical en la región del Atlántico, que estuvo precedido por otro antes del 1 de junio, fecha en que arranca la temporada.
Ya vimos, por ejemplo, que se formó un tifón en el Pacífico que acabó con las islas Marianas, así que contar con un bloque de tiempo definido para estos fenómenos ha perdido sentido.
Cierto es que lo peor está por venir. Se espera una temporada normal, con entre 12 y 17 tormentas que alcancen a recibir un nombre, lo que no se sabe es cuántas de ellas llegarán a ser verdaderamente destructivas.
Como siempre, el llamamiento a la población estriba en prepararse y no dejar que una huracán mayor nos tome por sorpresa. El gobierno asegura que está listo para enfrentar cualquier emergencia, ojalá así sea. Esperemos que libremos y que la actividad ciclónica no nos toque.