“Presiento que este es el inicio de una gran amistad…” y Ricky y Louis se alejaban en la niebla. Ese final de la película Casablanca refleja el espíritu de un viaje a Georgetown, República Cooperativa de Guyana, que ha presentado al empresariado dominicano un inesperado, por ambicioso, mundo de oportunidades y al gobierno de Luis Abinader un socio interesantísimo tanto económica como políticamente.
La economía de Guyana es la de mayor crecimiento del mundo. Hablamos, según el Banco Mundial, de un crecimiento de más del 40 %. Las cifras que manejan internamente son más altas, casi del 60 %.
Desde 2019, este país de 800,000 habitantes y una democracia que hoy dirige el presidente Irfaan Ali, musulmán, es un nuevo e inesperado productor de petróleo. Su economía se ha triplicado y se prevé que en 2025 será productor de 700,000 barriles al día.
¿Qué oportunidades se abren para República Dominicana? Hagan cuentas: agricultura, minería, turismo, líneas aéreas, construcción, puentes y otras infraestructuras… la lista es larga. Todo, además de las oportunidades concretas en el campo del petróleo y el gas refinería incluida.
Políticamente, un aliado clave en una comunidad, CARICOM, que nunca nos ha terminado de “querer” mucho.
Buena sintonía con el primer ministro Mark Phillips que estudió en Santiago de los Caballeros y buena “vibra” con el mandatario de Guyana que, a final de mes, devolverá la visita y viajará a República Dominicana, por tres días, para asegurar algunos amarres fundamentales. Comienza la ronda inicial de contactos.
Petróleo, infraestructuras, agricultura… un país pequeño y amigo en la zona. Para la delegación oficial, el de ayer fue un estupendo viaje.