El accidente entre una patana y un vehículo que transportaba escolares conmovió ayer a una sociedad cansada de pedir soluciones para un problema de seguridad ciudadana que se llama tránsito.
Que sigamos en la lista de los países con mayor número de muertes en las carreteras debería mover a las autoridades a elaborar políticas severas de control que no terminan de definirse. Dos millones de motoristas sin licencia, conductores de patana infringiendo las normas en todas las carreteras y autopistas, vehículos en ciudades y pueblos que no respetan ni siquiera a los peatones.
El tránsito, la peligrosidad del tráfico, el número de accidentes, el costo para la economía, el costo personal de los familiares… todo está medido y denunciado. Pero no hay una señal clara de que se estén tomando decisiones.
Desde Diario Libre no hemos dejado de denunciar el deterioro del tránsito y los peligros en las carreteras. Nunca hemos recibido una respuesta de una autoridad del sector, y eso que hay muchas dependencias involucradas.
Nunca, ninguna ha aceptado responder a esas responsabilidades concretas.