El realizador Quentin Tarantino compartió este jueves en Cannes la película «Rolling Thunder» como invitado especial de la Quincena de Cineastas, en una clase magistral en la que explicó cómo esa película fue el primer filme que sintió que había verdaderamente descubierto y cómo influyó en su carrera.
La película que se iba a proyectar en el que era el evento más esperado de esta sección paralela del Festival de Cannes -no quedaban entradas hacía días para entrar al Teatro Croisette y aún así decenas de personas hicieron cola intentar conseguir un hueco de último minuto- se había mantenido en secreto hasta el momento, en el que el propio Tarantino se subió al escenario para desvelarla.
«Fue la primera película con la que sentí que yo la había descubierto y que otra gente no conocía», dijo, y la que le hizo «empezar a tomarse en serio» a sí mismo como «crítico de cine».
Tras la proyección, que se hizo en formato analógico de 35 milímetros (algo que desató los vítores del público cuando Tarantino lo anunció), el cineasta de 60 años mantuvo una charla en la que contestó a las preguntas del director artístico de la Quincena, Julien Rejl. Así explicó que la primera vez que vio esta película de 1977 dirigida por John Flynn ocurrió por casualidad.
Él había ido, en realidad, al cine con su madre y su padrastro en Los Ángeles para ver «Enter the Dragon» («Operación Dragón»), la película con Bruce Lee que todos sus compañeros de clase habían visto ya, excepto él.
La proyección disponible era una sesión doble que iba acompañada por esta película de Flynn en la que dos veteranos torturados en la guerra de Vietnam regresan para encontrar una realidad aún más cruel de la que deberán vengarse. Y ahí ocurrió un auténtico flechazo cinematográfico que después no dejó de revisitar.
La conversación en la Croisette ahondó sobre todo en los temas que Tarantino trató en su libro de 2022 «Cinema Speculation» («Meditaciones del cine»), en el que relexiona sobre algunas de las películas que más le han influido y sobre su visión del cine.
Entre esas influencias figura «Rolling Thunder» aunque su propio guionista, Paul Schrader, renegaba de ella.
Schrader, recordó Tarantino, escribió originalmente «una crítica a las películas fascistas de venganza», que acabó siendo «una película fascista de venganza». «Y yo digo que sí, pero que es la mejor de las películas fascistas de venganza», agregó.
No obstante, Tarantino aseguró que empatiza con Schrader porque a él tampoco le gusta lo que Oliver Stone hizo con su guion en «Natural Born Killers» («Asesinos natos», 1994).
«Pero algunas personas les gustó mucho la película como a Johnny Cash, al que me encontré en un ascensor y me dijo que le encantaba. Yo le dije que se equivocaba», enfatizó, provocando las risas del auditorio.
El director de «Pulp Fiction» también habló sobre grandes obras maestras del cine, como «Taxi Driver», y sobre su admiración por Brian de Palma. Y también el tema de la violencia, tan fundamental en sus películas, fue otro de los grandes ejes de la charla.
«Me gustan las películas violentas», confesó, para sorpresa de nadie en el teatro.
Sin embargo, Tarantino explicó que sí tiene una línea roja con la violencia en las películas: el maltrato a los animales o las muertes reales de seres vivos, en general, insectos incluidos.
«Es un puente que no puedo cruzar (…) No estoy pagando para ver muerte real», dijo, ya que él considera una parte fundamental de la diversión de lo violento el saber que todo es falso.
De lo que no hubo confesiones es sobre su próxima película, la décima de su carrera, que tendrá a un crítico de cine como protagonista.
«No puedo contároslo hasta que veáis la película», indicó, y eso que ante los ánimos de su público se sintió tentado -según dijo- de ponerse a interpretar algunos monólogos. «Igual si no hubiera tantas cámaras», se contuvo.