Hace unos seis meses, específicamente el 4 de noviembre, un aguacero que se prolongó por varias horas provocó un caos absoluto en el Distrito Nacional.
La ciudad colapsó como consecuencia de los charcos provocados por las precipitaciones que “ahogaron” más de mil vehículos y provocaron al menos cuatro muertes. Luego de una intensa sequía, esta semana ha vuelto a llover en la capital.
Y aunque no hemos tenido inundaciones como aquel fatídico viernes, el tema del alcantarillado de Santo Domingo se mantiene como una promesa pendiente.
Las construcciones de altos edificios en zonas donde no deberían ser tan altos se mantienen a la orden del día y donde antes había una casa para cuatro hoy tenemos un edificio para 40 familias… pero con el mismo sistema de servicios sanitarios.
Es necesario que en la Primada de América, y en el país completo, comencemos a ver las cosas de una forma diferente.
No podemos seguir dándole la espalda a un tema tan relevante como el del alcantarillado.
La historia de noviembre no debe ni puede repetirse y estamos a tiempo para evitar que eso suceda… si queremos.