Lo dice el refrán: “En casa de herrero cuchillo de palo”. Créalo o no, la compañía de distribución de electricidad en la zona sur del país no tiene cables para colocar un servicio de electricidad de 220 voltios y ¿quién sabe cuándo lleguen? Si la intención del cliente es solucionar su problema, debe decir que lo aportará él mismo. Imagine cómo se desarrolla una industria si tiene que esperar meses para que le pongan la luz. Aquí estamos como en el cuento: “Ya no es por electricidad, porque ya la tenemos, ahora es por el cable, ¿dónde lo hallaremos?”