La firma Schiaparelli abrió este lunes la pasarela de Alta Costura de París con una colección llena de trampantojos y unas espectaculares figuras falsas de taxidermia con cabezas de lobo y de león, lucidas entre otras por las ‘tops’ Naomi Campbell e Irina Shayk.
Campbell se puso un llamativo abrigo de pelo con una cabeza de lobo en un hombro, mientras que Shayk llevó un vestido de terciopelo y palabra de honor con un león en el escote. El último vestido de esta línea fue uno con estampado de tigre blanco y la reproducción de la cabeza del animal en la delantera.
Las figuras fueron construidas a mano a partir de espuma y resina, principalmente, y prometen convertirse en una silueta muy viral después de que la empresaria e influyente Kylie Jenner, invitada al desfile, acudiera con el vestido con cabeza de león, adelantándose incluso a la pasarela.
El desfile, que tuvo lugar en la espectacular entrada del Petit Palais de París, acogió a numerosas celebridades como las actrices Diane Kruger, Rossy de Palma, Philippine Leroy-Beaulieu, la exmodelo Inès de la Fressange y la cantante Doja Cat, que acudió completamente revestida de brillantes rojos (cabeza y rostro incluidos).
«Elsa Schiaparelli siempre sorprendió con su trabajo y, con los años, la gente ha aprendido a venir a Schiaparelli con espíritu de curiosidad. No sabes lo que te vas a encontrar», reza la nota de prensa de la firma.
En esta temporada, el director creativo de la marca, el estadounidense Daniel Roseberry, se ha centrado menos en la espectacular bisutería de la marca y ha puesto el foco en el surrealismo en las prendas y la fina barrera que separa la realidad de la ficción.
¿Es realmente una cabeza de león? No. Lo mismo ocurre con los adornos que componen una falda, que parecen lentejuelas y son piezas de madera. El terciopelo cambia de color según la luz con la que se mire, como si fueran las alas de una mariposa.
Un corsé es en realidad una plancha de madera y otro ha sido creado en cobre patinado, un trabajo en el que se han tardado cuatro meses. De hecho, la innovación y la técnica están en el corazón de la marca, y más desde que Roseberry asumió las riendas de la firma surrealista por excelencia.
En el desfile, destacó además la silueta elegida por el creador, que despoja lo rectilíneo y aboga por una cintura estrecha y una cadera muy marcada y redondeada, como en un rígido traje de chaqueta que parece más bien un vestido de noche.
Un anorak se convierte en un vestido esculpido y rígido, con un impresionante cuello levantado.
Para Roseberry, la elegancia no está reñida con el exceso y una chaqueta blanca con un pantalón 3/4 en negro puede ser una propuesta de Alta Costura si las texturas son lo suficientemente ostentosas o si hay detalles que revelan la maestría de sus costureras: como la serpiente de piel negra que se convierte en la espectacular solapa en esa chaqueta blanca.
También llamó la atención un vestido de lentejuelas bordadas con dos conchas cubriendo el pecho o una chaqueta tipo bolero, muy torera, con bordados de lana en seda y pompones de mohair.