El Teatro Nacional Eduardo Brito, que dirige el maestro de la danza Carlos Veitía, reiteró que al magno escenario de las artes se puede ir en tenis y en pantalón jeans, con algunas excepciones, y que con ello se apuesta a un teatro inclusivo para que el público se acerque.
La medida del aforo que acoge eventos de arte, entretenimiento y cultura ha generado reacciones a favor y en contra.
En un comunicado divulgado la noche de este martes y firmado por Carlos Veitía, director general y artístico del TN, se precisa que la misión del Teatro Nacional es de entretener, educar y desarrollar a través de las artes escénicas y fue el propósito de la creación en el año 1973.
Indicó que, aunque habrá mayor flexibilidad, hay que mantener el vestir decente.
«Ir a un espectáculo de música y de cualquiera de las manifestaciones de las artes escénicas de diversos géneros constituye un evento significativo para el individuo y una experiencia emocional y sensorial. El hecho de reunir ciudadanos y personas en un recinto donde se crea magia audiovisual en vivo, sentados lado a lado es un acto de comunión, respeto mutuo y hacia el artista en escena», dijo.
«El arte es y debe ser de todos, para todos y propiciar su difusión ayuda de muchas maneras a la autoestima y a la superación de una nación, porque el ejemplo de excelencia es necesario para el espíritu de un pueblo y para su conocimiento. Por estas razones debemos acercarnos a nuestros teatros y hacerlo con dignidad personal. Un recinto de arte es de muchas maneras sagrado, sin embargo, el público debe de tener acceso y sentirse parte de él», señala el documento.
Añade que en el ajetreo de la vida de hoy, una visita al teatro llega, la mayoría de las veces, al final de la jornada laboral.
Por lo que «permitimos una forma de vestir algo flexible» sin irse a los extremos.
«Un caballero en pantalones cortos no podrá ingresar a la sala y las damas deben mantener un estilo de vestir decente, teniendo en cuenta que bien pueden estar sentadas al lado de personas en pleno vestido de noche», precisó.
Lo que no está permitido
El comunicado detalla lo que NO está permitido y las normas a cumplir:
• Jeans rotos o rasgados
• T-shirts o camisetas sin mangas
• Pantalones cortos y bermudas
• Cachuchas (gorras)
• Ropa interior a la vista.
• Chancletas
• Sandalias
• Vestimentas transparentes que dejen ver partes privadas
«Los pantalones jeans, tenis limpios y camisetas con mangas, son vestuarios bienvenidos excepto durante los espectáculos de gala. Sea puntual con los horarios del teatro, de lo contrario pierde todo el derecho de admisión. Carlos M. Veitía, director General y Artístico Teatro Nacional Eduardo Brito», concluye la misiva.
Reacciones en Twitter
En la red social Twitter las opiniones han estado divididas.
«Creo que el Teatro Nacional debe mantener cierta solemnidad, que llevar el mal gusto y la vulgaridad para ‘cualquierizarlo’ , como está ‘cualquierizado’ el país, es mala señal», escribió el periodista Juan TH.
«Quien dijo que a un dominicano humilde o clase media , de trabajo, le disgusta o le es un problema vestirse con su mejor ropa en compañía de su esposa o pareja para ir al Teatro nacional. Es una ocasión especial. Un honor para la inmensa mayoría hacerlo. Eso No es elitismo», comentó el exsenador Vinicio Castillo.
«Excelente que hayan modificado el código de vestimenta del #teatronacional, ya era hora. No hay que hacer drama si a usted le gusta ir de gala no se lo van a prohibir», fue el comentario de la usuaria @anadell.
«Una decisión Chopista. No me importa, me acusen de clasista, elitista o lo que les dé la gana. El Teatro Nacional se respeta», escribió el usuario Alexander López @RLTM1.
Historia del Teatro Nacional
Al final de los años sesenta se gestó la edificación de un teatro que reuniera las cualidades máximas para el despliegue de las manifestaciones artísticas más exigentes era una aspiración antigua entre los dominicanos. Reseña el portal del TN que en el año 1970, el entonces presidente de la República, Joaquín Balaguer, designó la tarea de construcción del teatro al arquitecto Teófilo Carbonell.
El arquitecto observó y estudió los mejores teatros del mundo. Recorrió Europa y América, observando las diferentes concepciones y criterios a la hora de planear y construir este tipo de edificación. Se tuvo como referencia los teatros de Colombia, Nicaragua, Costa Rica y Guatemala. También la ilustre tradición europea, que se fue haciendo tangible en los teatros de España, Suecia, Dinamarca, Suiza, Alemania, Holanda y Austria y Estados Unidos.
La construcción, que duró aproximadamente tres años, fue muy difícil por la complejidad de la obra, y se hizo con el empleo de materiales dominicanos, donde predomina el mármol, la caoba, el yeso y el ónix.
Cada paso de su ejecución estuvo dirigido por el arquitecto Carbonell, quien contó con la colaboración de los ingenieros estructurales William Read y Juan Manuel Bonetti. El Teatro Nacional fue inaugurado el 16 de agosto de 1973 por Balaguer.
La edificación fue bautizada con el nombre de Eduardo Brito en el año 2006, bajo decreto presidencial, para honrar la memoria del emblemático barítono dominicano. Sus tres salas acogen renombradas figuras del arte mundial y nativo.