“No puedes dejarlo, ¿cómo te vas a mantener”, “tienes dos hijos, ¿quién te recogerá?”, “lo que ganas no da para nada, aguanta”, “págalo, fue tu marido que lo cogió prestado”, “perdónalo, porque no tienes como irte”, son algunas de las frases que la sociedad les grita a las mujeres que están siendo víctimas de la violencia economía.
La violencia económica es una forma de violencia doméstica, que hace referencia a las siguientes conductas: retención de dinero, robo de dinero, restricción de recursos o manipulación utilizando el dinero como poder.
A propósito de conmemorarse el 25 de noviembre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Distrito 4060 de Rotary International realizó un panel titulado “Violencia económica y patrimonial hacia la mujer” donde varias profesionales abordaron desde diferentes ópticas el tema y estas son algunas de sus conclusiones.
“Si hay miedo hay violencia”, dijo Sonia Perozo, una de las expositoras. En su intervención, Sonia explicó que también fue víctima de violencia economía y que en su momento ella entendía que esas acciones violentas eran producto del amor. Tal y como le puede estar ocurriendo a muchas mujeres en la actualidad.
Perozo trabaja para educar y prevenir la violencia desde la Fundación Rescatando Mariposas. Enfocándose en la necesidad de la educación, y de la importancia de que esta llegue a los hogares desde los niños, ha creado el proyecto “soy niña mariposa y construyo mi futuro” donde contando historias de vida les muestran el camino a otras de que si se puede salir de un círculo violento.
“El hombre no es el enemigo, es el sistema que sigue formando machos sí”, dijo Sonia al explicar que la educación para evitar la violencia debe llegar tanto a niñas como a niños.
La violencia nace con los estereotipos
La violencia de genero históricamente tiene sus raíces en estereotipos, roles y prejuicios contra la mujer, así lo afirma Esther Casasnovas, directora regional de la Asociación Internacional de Mujeres Juezas, en el panel que se realizó en el auditorio del Museo de Arte Moderno.
“A la mujer se le ha etiquetado con roles como el de cuidadora y han tenido limitantes para desarrollar el libre gozo y vivir con igualdad en la sociedad”, dice.
La violencia económica es parte del estereotipo que describe el rol del hombre como: protector, proveedor, independiente y que tiene el control absoluto de los bienes.
Tipos de violencia
Dentro de algunas de las acciones que describe Esther Casasnovas como violencia económica están:
- Controlar los bienes y patrimonio del matrimonio.
- Omisión de información financiera.
- No contar con la misma facilidad para el acceso a la educación.
- No contar con las mismas oportunidades laborales.
Aún no se ha distribuido de forma equitativa la responsabilidad de cuidar a los niños y a los ancianos, por lo regular estas responsabilidades son parte del rol de la mujer” dijo Casasnovas, haciendo referencia a que esta desigualdad da permiso a que manifieste la violencia económica hacia la mujer.
Además, las mujeres están a cargo del trabajo doméstico, y este esta invisibilidad e invalorado. Entonces con estas responsabilidades (los niños, el hogar y los ansiones) es más difícil, o es más costoso para las mujeres incluirse en el ámbito laboral y disfrutar de una libertad financiera.
La violencia economía se perpetua cuando la pareja ha creado familia. “Cuando un padre debe aportar en una manutención, o debe dividir unos recursos por el bienestar de su hijo o hijos y no lo hace”.
Lo mismo ocurre cuando hay una separación y el hombre es quien tenía el control de los procedimientos financieros. En este escenario es posible que la mujer no haya creado un historial crediticio, teniendo una limitante para su independencia financiera luego de la ruptura.
“En el marco jurídico la violencia económica no está tipificada en nuestra normativa penal. La violencia económica y patrimonial se subsume como una violencia psicológica”, agrega la jueza.
¿Cómo se puede trabajar la violencia económica?
- Visibilizando el daño de la violencia económica.
- Educar a los niños y niñas para que sean autosuficientes, con los mismos derechos y responsabilidades.
- Con la aprobación de una ley de integración de violencia de género, donde se tipifique la violencia económica.
¿Quién es víctima de violencia económica?
La violencia económica ocurre en todos los niveles de la sociedad. Trabaje una mujer o no trabaje. Gane más o menos que su pareja. La línea delgada que lleva a la violencia económica en una relación, es la manipulación y control de los recursos en beneficio personal. A continuación, las características de los dos tipos de mujeres que son víctima de la violencia económica según Maria Cristina Suarez, psicologaforense del Departamento de Genero de la Procuraduría General de la República Dominicana.
Mujer que depende económicamente de su pareja:
Según explica la profesional de la salud, estas mujeres no denuncian a su pareja cuando son maltratadas y cuando lo hacen no culminan el proceso por miedo a quedar sin un soporte económico que las respalde a ella y a sus hijos.
Mujer que trabaja: la especialista afirma que en muchas ocasiones la mujer que trabaja, también es víctima de violencia económica. Esto ocurre cuando la mujer tiene un mayor ingreso y no puede disponer de su propio dinero, ya que es exigido y administrado por su compañero.
En estos casos, esta victima toma más tiempo en reconocer que está siendo víctima de violencia, y que la dinámica financiera que predomina en su hogar no es propia de en un ambiente saludable.
“Lamentablemente estas víctimas no llegan a la procuraduría denunciando una violencia económica o matrimonial, sino que llegan denunciando violencia física, porque en nuestro país es la única que se entendemos como violencia”, dice Suárez.
Formas de violencia económica
- No colaborar con los hijos teniendo las posibilidades.
- Controlar y disponer del dinero de tu pareja.
- Educar a las hijas con la mentalidad de buscar un hombre que les provea todo.
- Tomar un préstamo a nombre de tu pareja y no responsabilizarte del mismo.
- Presionar para obtener lo deseado, valiéndose de su poder económico.