El cáncer de testículos puede tratarse siempre que se detecte antes de llegar a una fase avanzada. Así las cosas, la detección precoz es clave, por lo que es ideal que las personas con testículos conozcan los síntomas. Aquí hablaremos de los más sutiles a los más graves.
Nódulos: si sientes un nódulo palpable e indoloro o cualquier bulto sospechoso, deberías acudir al médico de manera urgente.
Cambios: si notas que tus testículos están diferentes al pasparlos, también deberías ir al médico. No siempre se trata de un bulto duro y definido, pero puedes encontrar diferencias sutiles.
Dolor: si tienes dolores intensos y repentinos, deberías ir al médico, pero si incluso es un dolor gradual y persistente, también deberías consultar.
Dolores abdominales, de espalda o de costado: si bien es cierto que estos síntomas pueden deberse a otras cosas, si no hay motivos que puedan justificarlo deberías acudir al médico, principalmente si el dolor es recurrente.
Hinchazón en piernas o escroto: puede deberse a que los ganglios linfáticos de la parte posterior del abdomen están inflamados y bloquean el flujo de sangre o líquido linfático de las piernas, lo que provoca una acumulación de líquido.
Problemas de visión nuevos: algunos síntomas son poco frecuentes y pueden causar cambios en la visión, dolores de cabeza o convulsiones.
Se recomienda hacer chequeos rutinarios, principalmente entre personas de 18 y 40 años. Es ideal hacerlos en la ducha, ya que el agua caliente ayuda a relajar el escroto. Pasa los dedos suavemente por cada testículo, palpando cualquier bulto, anomalía o cambio de tamaño, e informa al médico de cualquier cosa inusual.