A lo largo de toda su vida, Isabel II tuvo más de 30 perros corgis. Casi todos fueron descendientes de Susan, la perra que le regalaron a Isabel II cuando cumplió sus 18 años y todos tenían una dieta clase alta.
La comida de sus mascotas era preparada por los chefs reales. Además, contaban con atención psicológica e incluso con un equipo de biógrafos que documentaron sus vidas.
Todos los corgis de Isabel II tenían sus propias cestas de mimbre acolchadas y su propio calcetín en Navidad. Para Isabel II eran parte de la familia y ella se tomaba su cuidado como una de sus tareas cotidianas.
“Enumeraría cada día lo que los perros debían comer. Un día sería carne de res, al día siguiente pollo, al día siguiente cordero, al día siguiente conejo y se alternaba durante esos días”, dijo Darren McGrady, exchef real, en una entrevista.
“Llegaba la carne de res, la cocinábamos, la cortábamos en trozos muy finos y luego hacíamos lo mismo con el pollo. Los escaldamos y nuevamente los cortábamos muy, muy pequeños para asegurarnos de que no tuvieran huesos para que los perros no se ahogaran“, agregó.
Y a ti, ¿Te gustan los corgis?