Inesperadamente, una polémica envolvió al cortejo fúnebre de la reina Isabel II y se debió al auto que trasladó su féretro. La polémica se originó porque el vehículo no es británico.
El coche negro que llevó el féretro por las calles de Escocia hasta Edimburgo, previo a su vuelo a Londres con la Real Fuerza Aérea, es un Binz H4, basado en el Mercedes Clase E e la generación W212, fabricado entre 2009 y 2016.
El Binz H4 tiene una longitud total de 236 pulgadas, 43 pulgadas más que el modelo de vagón de serie. La cabina de cristal en la parte trasera para ver el ataúd también eleva la altura del vehículo en 17.5 pulgadas sobre el modelo original.
El hecho de que el féretro fuera transportado en un vehículo alemán llamó la atención, sobre todo teniendo en cuenta los coches fúnebres utilizados por la realeza británica en el pasado. El féretro del Príncipe Felipe iba en la parte trasera de un Land Rover Defender construido específicamente para su funeral. Hace aún más tiempo, el féretro de la Reina Madre fue transportado por un coche fúnebre Jaguar.
Y tú, ¿qué opinas sobre esta polémica?