Jennifer Lawrence ganó un Óscar cuando tenía 22 años. Adrien Brody recogió su estatuilla a los 29, a la misma edad que Reese Witherspoon y Natalie Portman. No es raro ver actores y actrices triunfar en Hollywood en la veintena o en la treintena. Pero incluso en la meca del cine, que tiene sus propias reglas respecto a la edad, diferentes para mujeres y hombres, hay profesionales que demuestran que nunca es tarde y que el talento no entiende de años.
Tal vez el primer papel que se recuerde de Samuel L. Jackson sea el de Jules Winnfield en el clásico de Quentin Tarantino “Pulp Fiction”. Entonces el actor estadounidense tenía 45 años. Tres años antes, en 1991, había interpretado a Gator Purify en la cinta de Spike Lee “Jungle Fever”, que le valió un premio del Festival de Cannes.
Jackson llevaba años actuando en el teatro, pero estas películas marcaron un punto de inflexión y cimentaron el camino hacia el estatus de estrella del que disfruta ahora. Luego llegaron títulos como “Jurassic Park”, en 1993; “Die Hard”, en 1995; “Jackie Brown”, en 1997 y la segunda trilogía de “Star Wars”, entre 1999 y 2005, entre otros.
El actor británico Alan Rickman, fallecido en 2016, desarrollaba su carrera interpretativa sobre las tablas y se estrenó en el cine con “Die Hard”, un clásico entre las películas de acción, en la que coincidió, por cierto, con Jackson. Cuando la cinta llegó a los cines, Rickman tenía 42 años.
“No sabía nada sobre Los Ángeles. No sabía nada sobre el negocio del cine… No había hecho una película antes, pero yo resultaba extremadamente barato”, dijo el actor, según publicó The Guardian. Al principio no le cautivó la idea de hacer una película de acción, pero finalmente el personaje y el guion lo convencieron y se metió en la piel de uno de los villanos por excelencia, Hans Gruber.
El peso de la edad
El peso que se le da a la edad en la industria del cine y la televisión es mayor para las mujeres. Los estándares diferentes para ellas hacen más complicado que una actriz triunfe, y, a veces, que simplemente sigua actuando pasados los cuarenta. Sin embargo, hay excepciones. Por ejemplo, Jane Lynch.
Esta actriz estadounidense también construyó su carrera en el teatro y durante los noventa tuvo algunos papeles pequeños en títulos cinematográficos como “The Fugitive” y series como “The West Wing”. Con el falso documental “Best in Show”, cuando tenía 40 años, su trayectoria comenzó un camino ascendente a la fama. Trabajó en otros proyectos como “The 40-Year-Old-Virgin” o “Julie & Julia”. Por su interpretación de Sue Sylverster en la serie “Glee” ganó un Emmy y un Golden Globe.
“Alguna gente en Hollywood piensan en mí como un modelo de transición dramática de la mediana edad: de ama de casa de las afueras a actriz ganadora de un Emmy. Pero nunca tracé un plan maestro para seguir mis sueños”, escribió Kathryn Joosten en Forbes, en 2009.
Joosten era enfermera y pasados los cuarenta comenzó a estudiar interpretación. Más tarde consiguió un agente y empezó en el teatro. Luego dio el salto a la televisión. Rondaba los 60 años cuando interpretó a la secretaria Mrs. Landingham en “The West Wing” y los 65 cuando se empezó a emitir “Desperate Housewives”, por la que ganó un Emmy. Joosten falleció en 2012, a los 72 años.
Ken Jeong alcanzó la fama gracias Mr. Chow, el papel que interpretó en “The Hungover”, en 2009, el año que cumplió 40 años. Anteriormente había formado parte del reparto de otras películas como “Knocked Up”, en 2007, o “Pinapple Express”, en 2008, además de firmar papeles puntuales en series como “Crossing Jordan”, “The Office” o “Boston Legal”.
Jeong compaginaba estos trabajos y el stand-up comedy con la medicina. Sí, el actor que interpreta Leslie Chow en “The Hungover” es médico. “Él estaba buscando un doctor asiático con experiencia médica”, dijo a NPR en 2014 sobre Judd Apatow, el director de “Knocked Up”. Después de la cinta y siguiendo el consejo de su mujer, también doctora, abandonó la rama sanitaria para dedicarse de lleno a la interpretación. “Siempre digo que ‘Knock Up’ abrió las puertas y que ‘The Hungover’ simplemente las hizo estallar de par en par”.
Kathy Bates llevaba años actuando, principalmente en el teatro, pero no fue hasta 1990, cuando había pasado los cuarenta, que se convirtió en una estrella de Hollywood gracias a su interpretación de Annie Wilkies en “Misery”, la adaptación cinematográfica de la novela homónima de Stephen King. Su trabajo en la cinta le valió un Golden Globe y un Óscar.
A este éxito le siguieron otros como “Fried Green Tomatoes”, de 1991; “Titanic”, seis años después; “Primary Colors”, de 1998, “About Schmidt”, de 2002 y “Midnight in Paris”, de 2011, entre otros.