¿Conoces el síndrome del Impostor? Se trata de un sentimiento generalizado de duda, inseguridad e incompetencia a pesar de que la persona cuenta con evidencia concreta de sus habilidades y sus exitosos resultados.
El término se acuñó en la década de los 70 y asegura que aproximadamente entre el 25 y el 30 por ciento de las personas exitosas pueden sufrirlo en algún momento de sus vidas.
Signos del síndrome del impostor
- Deseo constante de mejora: querer mejorar es algo valorable y que lleva a muchas personas al éxito. En el caso de las personas que tienen este padecimiento, observan a muchas personas excepcionales, lo que lleva a descartar sus propios talentos y logros a pesar de ser muy talentosos y capaces.
- Perfeccionismo: tienen una expectativa interna asociada a la perfección y al no error que es falaz. Se establecen metas y expectativas demasiado altas que, al incumplirse, generan decepción y frustración.
- Miedo exagerado al fracaso: el fracaso, dentro del proceso de aprendizaje, es un paso más. Pero estas personas experimentan altos niveles de ansiedad cuando se exponen a una tarea relacionada con el logro, porque temen un fracaso rotundo.
- Descartan los elogios: les cuesta interiorizar los éxitos y aceptar cómo validos los elogios, atribuyendo el éxito a valores externos e incluso la suerte.
- Culpabilidad: al no poder interiorizar el éxito y asociarlo a otros factores, los elogios, premios o logros conseguidos les generan una culpa muy grande.
- Falta de felicidad ante el éxito: se supone que el éxito debería traer alegrías, sin embargo estas personas generan miedo, ansiedad, dudas e incomodidad con los logros.
¿Cómo gestionarlo?
- Acude a un especialista: una terapia puede ser la mejor manera de abordar este tipo de miedos, ansiedades y sentimientos desagradables.
- Replantea tus tareas: si te genera ansiedad o dudas, replantea y piensa la tarea no como un logro sino como una oportunidad para aprender.
- ¿Eres bueno en algo? ¡Hazlo! Escoge primero este tipo de tareas. Si efectivamente te consideras apto para un desempeño específico, haz foco en él.
- Estudia tus datos: acepta tu progreso, observa tu crecimiento, acepta que has hecho cosas que te han hecho crecer. Esto te permitirá aceptar los elogios de los demás, pero también los tuyos propios.