A la hora de escoger un deporte, la natación es uno de los más completos. Pero aquí no hablaremos de sus muchos beneficios físicos, sino de los psicológicos. ¡Toma nota!
Quita el estrés: la natación tiene un efecto relajante que tiene que ver con el contacto con el agua y la temperatura agradable de la misma. Es ideal para hacerlo por las mañanas, para iniciar el día con mucha actividad. De todas formas, después del trabajo también funciona para relajarte y descansar mejor.
Aumenta la confianza: si nunca nadaste, iniciarás con ejercicios para principiantes, pero conforme pase el tiempo y adquieras mejor técnica, te hará sentir mejor. Además, al compartir con gente en diferentes situaciones, ayudará a superar miedos y vergüenzas.
Mejora la toma de decisiones: al reducir el estrés, equilibra las emociones y permite ver las situaciones con mayor claridad.
Mejora la imagen propia: a muchas personas les permite reconciliarse con su cuerpo, a medida que se consigue un mejor tono físico y una forma más atlética.